Hace unos años el pensar en una dieta generalizada era “adecuado”, sin
embargo hoy en día esta situación no puede ser así, debido a que diversos
estudios basados en el genoma humano muestran que cada individuo es
genéticamente diferente y por consiguiente cada individuo absorbe, utiliza y
requiere distintas cantidades de nutrimentos.
Ante esta situación han surgido dos áreas relevantes para la nutrición,
la nutrigenética y la nutrigenómica, las cuales muestran la relación entre el
gen y los nutrimentos, entendiendo al gen como el conjunto de ADN, ARN –transcriptoma-,
proteínas –proteoma- y metabolitos –metaboloma- (De Lorenzo 96). La
nutrigenómica se encarga de analizar cómo los nutrimentos que incorporamos en
nuestro organismo afectan la homeostasis celular, la producción de proteínas y
metabolitos (De Lorenzo 96). Mientras la nutrigenética estudia cómo las
variantes del genoma humano o polimorfismos de un solo nucleótido (SNPs)
influyen en la respuesta del organismo ante distintos nutrimentos (Ordovás y Carmena
4).
Un ejemplo de la nutrigenómica es el metabolismo de los ácidos grasos,
los genes implicados en este metabolismo están regulados por los receptores
PPAR, estos receptores se activan a través de su interacción con los diferentes
ácidos grasos de la dieta, es decir los nutrimentos son señales que se unen a
sensores (Torres 7), llamados factores de transcripción el cual se une a una
región específica del ADN que participa en la transcripción -transferencia de
la información del ADN a RNA- (De Lorenzo 96).
Mientras un ejemplo de la nutrigenética sería el gen de la
Metil-TetraHidrofolato Reductasa (MTHFR) el cual presenta dos variaciones de
nucleótidos (Citosina o Timina) en la posición 677 de la secuencia nucleotídica,
originado dos posibles proteínas una con el aminoácido alanina y la otra con el
aminoácido valina. Aquellas personas que poseen la variante T en sus dos copias
de gen la enzima MTHFR se destruye fácilmente con el calor corporal y por lo
tanto tiene una baja actividad, ocasionando que estas personas tengan mayor
riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares a diferencia de las personas que
poseen la variante C (De Lorenzo 96-97).
Estas dos áreas permiten a los nutriólogos proporcionar una dieta
personalizada, prevenir enfermedades como la obesidad, la diabetes, síndrome
metabólico, enfermedades cardiovasculares y para incrementar la efectividad de
una terapia ante una enfermedad existente.
Microbioma o microbiota. |
Firmicutes. |
Bacteroides. |
Actinobacteria. |
En conclusión todavía faltan muchos microbiomas y enterotipos por
descubrir, sin embargo el conocer algunos de estos enterotipos nos permiten
realizar una dieta especializada y por lo tanto hay más evidencia de que una
dieta generalizada ya no puede estar en la mente de un nutriólogo, ya que cada
organismo tiene diferentes microbiomas y por lo tanto va a requerir de ciertos
nutrimentos que le permitan llegar a la homeostasis celular y además estas
dietas podrían ser aprovechadas de una manera más óptima por el microbioma
personal.
A pesar de que a estas áreas de estudio aún les falta seguir
desarrollándose, ya que se conoce una mínima parte del genoma humano, estas
áreas ya tienen un impacto en la prevención de nuestra salud, ya que permite
crear dietas personalizadas con la finalidad de que cada individuo obtenga los
requerimientos de nutrimentos de acuerdo a las variabilidades genéticas que
presenten. Además permitirán prevenir enfermedades relacionadas con la alimentación,
como es el caso de la diabetes tipo 2, obesidad, enfermedades cardiovasculares
y síndrome metabólico e incluso incrementar la efectividad de una terapia para
una enfermedad existente. La dieta personalizada consiste en una evaluación
clínica, una evaluación dietética y una evaluación del estado nutricio del
paciente con la finalidad de obtener un diagnóstico y se tomará una muestra de
sangre para conocer el genoma del paciente e identificar los polimorfismos de
un solo nucleótido o las variantes genéticas.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:
·
De
Lorenzo, David. “Present and future perspectives of Nutrigenomics and
Nutrigenetics in preventive medicine”. (2012). En línea. Disponible en http://www.nutricion.org/publicaciones/revista_2012_32_2/NUTRICION-32-2.pdf#page=92 (Consulta: 3 de junio 2014).
·
Ordovás
M. José y Rafael Carmena. “Nutrigenética”. (2012). En línea. Disponible en http://www.fundacionmhm.org/pdf/Mono9/Articulos/articulo1.pdf (Consulta: 3 de junio 2014).
·
Torres y
Torres, Nimbe. La nutrigenómica y la nutrigenética como herramientas para el
control de enfermedades relacionadas con la alimentación. (2011). En línea.
Disponible en http://www.ilsi-mexico.org/eventos/E94_A3.pdf (Consulta: 3 de junio 2014).
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