Por el título de la
entrada ya tienes una idea sobre que me mueve y me apasiona en la vida… si así
es… el fútbol, puedo pasarme todo el fin de semana viendo la tan controvertida
liga mexicana y sufriendo cada vez más por mi equipo, el Puebla de la Franja.
¿Desde cuándo comenzó
esta pasión en mi vida? Realmente no lo sé pero estoy segura que esta pasión cada vez es más fuerte e incluso mueve
muchos sentimientos en mí (alegría, felicidad, enojo, frustración…you know).
Te preguntaras que
si únicamente me gusta verlo, lo cual sería muy raro para ser mujer ¿no crees?
Pues realmente también me encanta jugarlo y vaya que me apasiono, ¡Soy otra
Clau en la cancha!
Este controvertido
deporte, amado por muchos y odiado por otros, comencé a jugarlo desde que tenía
5 años porque viví y vivo rodeada de familia futbolera. Aun recuerdo la emoción que sentía por salir al recreo y jugar fut, esa era mi única razón para ir a la escuela.
Termine una hermosa etapa en mi vida y comencé otra no menos importante, entrar a una selección de fútbol; aún recuerdo mi primer entrenamiento…lloviendo…y
sintiéndome una crack al momento de tocar el balón pero este encanto se terminaría
a los dos años cuando me bajaron de mi nube y me importó más "lo que decían los demás".
Y fue en el último
año de prepa que decidí regresar a las canchas pero mis años de inactividad me hicieron darme cuenta que había perdido tiempo
valioso y que mi juego había disminuido, sin embargo no me arrepiento porque viví mis
últimos interjesuíticos (la máxima competencia entre escuelas jesuitas del
país) y conocí personas inolvidables. 
Inicie el camino más importante de mi vida, el descubrir quien era yo y que era lo que realmente quería en mi vida. Tome decisiones importantes, cambiar la medicina por la nutrición y seguir con mi pasión. Hoy se quien soy, con muchos sueños y anhelos, el taller de fútbol en la UDLAP me ha dejado grandes experiencias, he conocido al mejor equipo y lo que la palabra COMAPAÑERISMO significa.
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